martes, 23 de febrero de 2016

"La Ciudad de los Prodigios" de Eduardo Mendoza. Tertulia literaria de AMUM en el Marbella Club

     La tertulia literaria de Febrero nos ha dejado una magnífica tertulia, reñida y rica en matices. La obra de Eduardo Mendoza, “La Ciudad de los Prodigios” suscitó una gran variedad de opiniones que abarcaron todo el arco de sentires desde “no me ha gustado nada” hasta es “una obra de arte”.

    La Asociación de Mujeres Universitarias de Marbella se volvió a reunir en el Marbella Club para analizar un libro, en este caso, una de las cien mejores obras literarias de las letras españolas según el periódico El Mundo.


    Como ya hemos dicho, hubo opiniones para todo. Lo que sí unió a la mayoría de las contertulias fue el hecho de que la obra les había resultado larga, que le sobraban digresiones históricas y si no estaban de más, algunas socias pensaban que la manera de introducirlas rompía la historia.

    Por otra parte también la mayoría sintió que la estructura de la novela que va desde 1.888 con la primera Exposición Universal en Barcelona y 1.929 con la Segunda, era una genial creación, ya que centraba la historia del protagonista y la del despegue industrial, la modernidad, de la ciudad de Barcelona de una manera muy justificada.

    Una sensación extraña nos quedó a algunas al leer esta novela en estos tiempos después de haberlo hecho en 1986. Y es que el apasionado catalanismo, no así independentismo, de los comentarios de ofensas y exaltación, que en los ochenta nos hizo empatizar con una región de España que había sido maltratada en algunos aspectos, como el de frenar sus proyectos con la burocracia central, en la actualidad chirria. Ahora, con todo lo que está ocurriendo con el independentismo y con lo que se siente desde aquí abajo, con numerosos comentarios hacia los andaluces y analizando las diferencias de impulso de la modernidad, la verdad es que la simpatía es más agridulce.

    En lo que sí hubo casi unanimidad fue en la consideración de genialidad entorno a la creación de los personajes, destacando:


.Onofre, un pillo, listo, falto de escrúpulos, paleto, muy mezquino, propio de la picaresca española y según una de las contertulias, mezclado con el carácter de la región francesa de la Picardie. Una reacción a su origen. Un ser que mal que bien se hace a sí mismo.

.Don Braulio, un histriónico con dos vidas, el hostelero gandul y la travesti masoquista que surca la noche en busca de dos mamporros bien dados. Aunque increíble, como muchas socias comentaron, los intentos de suicidio de D. Braulio no dejan de ser hilarantes y avecinan lo que será la literatura surrealista y cínica de Mendoza en sus producciones posteriores.

. Delfina es otro personaje fuera de lo común y sólo de imaginar una hembra canija y desgarbada, despeinada por más señas, regateando en el mercado de abastos con un gato, llamado Belcebú para más inri, como arma de destrucción masiva, es que ya provoca la risa.

. Y así encontramos otros muchos como el Americano, la Pitonisa, el Cura, el inventor, el taxidermista, el hermano-alcalde…

    Las digresiones históricas fueron objeto de análisis y mientras algunas socias pensaban que habían aprendido mucho, o recordado de la historia de España e incluso Europa en esos tiempos, hubo quien sintió que eran excesivamente extensas y que rompían el ritmo. De ahí que se les hubiera hecho tan larga la novela.

    Alguien comentó la anécdota de que el autor había titulado la obra “El Mercado de la Libertad” pero que la editorial creyó más conveniente “La Ciudad de los Prodigios”, y muchas pensamos que había sido una buena decisión.

    Por otra parte hemos de aplaudir una prosa magnífica cargada de cinismo e ironía, con algunos trazos de Realismo Mágico, que alguna contertulia consideró “un quiero y no puedo”. Y una estructura de entre Exposiciones que recorre la vida del protagonista a través de tres mujeres como le había aventurado la Pitonisa en su lecho de muerte.

    Aunque Onofre, el personaje principal es un ser cruel, sin sentimientos, que usa todo y a todos. Una socia amante de las enjundias filosóficas, nos hizo notar que la obra mejora en ese aspecto hacia el final. Cuando, él hace una revisión de su vida y de las personas a las que ha perjudicado, incluso matado.


    Coincidimos también en que la novela estaba saturada de imágenes, de historia, de chascarrillos, de anécdotas, en un efecto de recopilación de todo lo que ocurría en la ciudad. Este hecho puede ser considerado como un totum revolutum o como unas crónicas de cómo la ciudad de Barcelona entró a la modernidad y de la sociedad que lo hizo, más o menos decentemente. Tanta condensación de factos da una sensación de incredibilidad a los hechos y a los personajes que perturbaron, sobre todo, a las socias que no habían crecido en España. Aunque también se hicieron preguntas si no les gustaba porque no habían vivido esa época. En realidad “Las Ciudad de los Prodigio” ha sido traducida a cuarenta idiomas y es objeto de numerosas tesinas incluso en el extranjero. Eso sí, tuvo tiempos mejores y sobre todo que ya se notaba la línea surrealista que luego seguiría el autor.

    La genialidad a la hora de poner nombres a los personajes fue aplaudida por un buen grupo de tertulianas Onofre Bouvila, D. Braulio, Odón Mostaza, Efrén Castell, Delfina, Humbert Figa y Morera, María Belltal… Estos personales novelados se entremezclan con personajes históricos reales como Primo de Rivera, Alfonso XIII, la Zarina y con otra fauna que poblaba la ciudad como nobles, prostitutas, carpinteros, curas, mujeres de su casa, albañiles, niños ladrones. En un batiburrillo denso y bastante increíble si no fuese porque existieron de verdad como personas o como estereotipos.

    Otro hilo que evoluciona en la obra fue el que una socia nos indicó, y es el de los adelantos técnicos que nos comienzan la novela en calesa, acabándola en avión, pasando por todos los prodigios que pueden verse en las calles, en las obras y en las exposiciones universales.

    Esta novela es una obra mastodóntica de documentación que muestra la pasión por los conciudadanos de Barcelona, por su esfuerzo inversor, el trabajo que desarrollaron para modernizar la ciudad y su economía. Pero no sólo de glorias vive la ciudad, el autor aprovecha para mostrarnos los oscuros en sus personajes imperfectos y en las maneras de hacer negocio, no siempre legales.

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