martes, 17 de junio de 2014

El estigma de la enfermedad mental

Ansiedad, depresión, trastorno bipolar, fobia, adicción, son enfermedades tan comunes como diabetes, hipertensión, insuficiencia renal o asma y los fármacos que las tratan se encuentran como los de estas últimas entre los más vendidos. Sin embargo, la carga de prejuicios que rodea los trastornos de salud mental determina el apoyo social que reciben quienes las sufren e incluso impide que busquen tratamiento.

El estigma puede conducir a discriminación y ésta puede ser directa, como un comentario negativo sobre la enfermedad mental o el tratamiento, o sin intención o sutil, como la evitación porque piensan que la persona podría ser inestable, violenta o peligrosa debido a su trastorno. Incluso el paciente puede juzgarse a sí mismo.

Entre los efectos perjudiciales del estigma se plantea los siguientes:
* Reticencia a buscar ayuda o tratamiento.
* Carencia de comprensión por parte de familia, amigos, colegas de trabajo u otras personas en tus círculos.
* Menores oportunidades de trabajo, actividades sociales o escolares o problemas buscando alojamiento.
* Acoso, violencia física o hostigamiento.
* Asistencia sanitaria que no cubre de forma adecuada el tratamiento de la enfermedad mental.
* La creencia de que nunca se conseguirán ciertos retos o que no la situación no mejorará.

Los especialistas de la Clínica Mayo sugieren las siguientes medidas para combatir el estigma:




1. Conseguir tratamiento
No hay que mostrar reticencias a la hora de admitir la necesidad de tratamiento y dejar que el miedo a ser etiquetado con una enfermedad mental evite buscar ayuda. El tratamiento puede proporcionar alivio al identificar lo que está mal y reducir los síntomas que interfieren con la vida laboral y personal.
2. El estigma no debe avergonzar ni crear dudas sobre la capacidad personal
El estigma no sólo procede de los demás, hay que dejar a un lado monólogos personales erróneos que identifican la enfermedad mental con un signo de debilidad personal o que debe controlarse sin ayuda. Buscar consejo psicológico, informarnos sobre la enfermedad y conectar con otras personas que padecen el trastorno puede ayudarnos a ganar autoestima y superar la autovaloración destructiva.
3. No al aislamiento
Si se padece una enfermedad mental es habitual no comentarlo con los demás. La familia, los amigos o el resto de personas con las que nos relacionamos nos brindarían apoyo si supieran que padecemos un trastorno del tipo que sea. Es clave mantenerse cerca de aquellos en los que confiamos y que pueden brindarnos apoyo y comprensión.
4. No te identifiques con tu enfermedad
'Tú no eres una enfermedad', afirman los especialistas. En vez de decir: 'Soy bipolar' mejor di 'Padezco trastorno bipolar'. En vez de llamarte a ti mismo 'esquizofrénico' di 'Tengo esquizofrenia'.
5. Acudir a grupos de apoyo
Existen grupos locales y nacionales que ofrecen programas locales y recursos en Internet que ayudan a reducir el estigma al informar a quienes sufren enfermedad mental, sus familias y el público general.
6. Conseguir ayuda en la escuela
Si tú o tu hijo tenéis una enfermedad mental que afecta al aprendizaje, descubre qué planes y programas podrían ayudarte. La discriminación contra los estudiantes debido a una enfermedad mental está contra la ley y los educadores en todos los niveles deben facilitar la mejor adaptación posible a los estudiantes. Si un profesor no conoce la discapacidad de un estudiante, ello puede conducir a discriminación, barreras al aprendizaje y bajo rendimiento.
7. Habla en contra del estigma
Expresar tu opinión en reuniones, cartas al director en medios de comunicación o en Internet puede ayudar a infundir coraje a otros que pasan por retos similares y a educar al público sobre la enfermedad mental.
Fuente.EP

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